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Sistema osteo-muscular

Sistema osteo-muscular

Sistema osteo-muscular

El sistema esquelético muscular permite la movilidad al cuerpo gracias a la acción conjunta de estructuras rígidas —los huesos, que sirven de sostén al resto de nuestro organismo—, de unos elementos contráctiles —los músculos, que aportan el movimiento— y unos elementos que permiten la movilidad a las estructuras rígidas como son las articulaciones.

Tipos de huesos

El esqueleto humano contiene 206 huesos, los cuales están formados por tejido óseo. No se trata de un número fijo, ya que hay una serie de huesos inconstantes (que pueden o no aparecer) llamados sesamoideos.

Los huesos se clasifican según su forma en cuatro tipos: huesos largos, huesos cortos, huesos planos y huesos irregulares.

Huesos largos

Los huesos largos se caracterizan porque en ellos predomina la longitud sobre la anchura. Como ejemplo se encuentra el húmero, (Ver Imagen 1); cuya estructura es la siguiente:

  • Epífisis o extremos del hueso: los pequeños espacios del hueso esponjoso que forman las epífisis están llenos de médula ósea roja.
  • Diáfisis o cuerpo: es un tubo hueco constituido por hueso compacto y duro.
  • Metáfisis: porción que une la diáfisis con las epífisis.
  • Cartílago articular: capa fina de cartílago que recubre las epífisis.
  • Periostio: membrana externa que recubre la superficie del hueso.
  • Endostio: membrana fibrosa que recubre la cavidad medular.
Sistema osteo-muscular
Hueso largo – Imagen 1

Huesos cortos

Los huesos cortos son aquellos en los que no predomina ninguna de las tres dimensiones, por lo que presentan un aspecto cúbico. Suelen ser más o menos irregulares y como ejemplo de este tipo de huesos se pueden mencionar los huesos carpianos o huesos de la muñeca.

Huesos planos

Los huesos planos son aquellos en que dos dimensiones son más o menos iguales y la tercera es más pequeña. Como ejemplo de este tipo de huesos se encuentra el hueso del esternón. (Ver Imagen 2).

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Hueso plano – Imagen 2

Huesos irregulares

Los huesos irregulares son aquellos en los que las tres dimensiones son diferentes. Como ejemplo de este tipo de huesos se encuentran las vértebras o huesos de la columna vertebral. (Ver Imagen 3)

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Hueso irregular – Vértebra – Imagen 3

Estructura microscópica del hueso

El hueso está formado por tejido óseo que, dependiendo de su localización, presenta aspectos y texturas diferentes. La capa externa del hueso es dura y densa, se denomina tejido óseo denso o compacto, forma la diáfisis de los huesos largos y aparece como una masa sólida continua.

El hueso poroso que ocupa las epífisis de los huesos largos se conoce como esponjoso y contiene numerosos espacios que pueden estar rellenos de médula. En los huesos cortos y en los irregulares, la capa de tejido óseo compacto es fina y abunda más el tejido óseo esponjoso.

Por el contrario en los huesos del cráneo, dos láminas de tejido compacto fino recubren una de tejido esponjoso. El hueso está en continua remodelación, se encuentra formado fundamentalmente por un 45 % de sales minerales (fosfato y carbonato cálcico), un 25 % de agua y un 30 % de materia orgánica (proteínas).

División del esqueleto

El esqueleto humano presenta dos divisiones. Los huesos del eje o centro constituyen el esqueleto axial. Los huesos de las extremidades superiores e inferiores constituyen el esqueleto apendicular. (Ver Imagen 4)

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Esqueleto axial y apendicular – Imagen 4

Funciones de los huesos

El esqueleto constituye el aparato locomotor junto con el sistema muscular, cuya principal función es permitir la realización de los movimientos del cuerpo. Además de esta función, el sistema esquelético realiza otras funciones no menos importantes, (Ver Imágen 5); como son:

  • Soporte, los huesos forman el entramado de sostén del cuerpo.
  • Protección de los órganos internos.
  • Almacenamiento, ya que constituyen la reserva de calcio.
  • Hematopoyesis o formación de las células sanguíneas en la médula ósea roja.
esqueleto
Esqueleto – Imagen 5

Sistema articular

La articulación se define como el punto de contacto entre dos huesos. Las articulaciones mantienen juntos los huesos y al mismo tiempo permiten el movimiento entre ellos.

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Sinartrosis – Imagen 6

Las articulaciones se pueden clasificar en tres tipos según el grado de movimiento que permiten; y ellas son:

  1. Sinartrosis (sin movimiento): existe tejido conjuntivo fibroso entre los huesos articulares que los mantiene unidos. Comúnmente se conocen como suturas. Las articulaciones de los huesos del cráneo son un ejemplo de esto. Ver imagen 6. 
  2. Anfiartrosis (movimiento ligero o semimóviles): permiten movimiento según un solo eje. Los huesos se unen a través de un cartílago, como en el caso de la unión de las costillas con el esternón o en el de los cuerpos intervertebrales. Ver imagen 7.
  3. Diartrosis (movimiento libre): permiten el movimiento usando 1, 2 o los tres ejes. Se trata de las articulaciones de movimiento libre, (Ver imagen 8);  formadas por los siguientes elementos:
    Cartílago articular: es de tipo hialino y recubre los extremos articulares de los huesos.
    Cápsula articular: constituida por tejido fibroso que encierra los extremos de los huesos y los mantiene unidos.
    Ligamentos, cordones o bandas de tejido fibroso fuerte: unen los huesos con más firmeza. Pueden ser intraarticulares o extraarticulares.
    Membrana sinovial: recubre la superficie interna de la cápsula sinovial y segrega un líquido lubricante (líquido sinovial) que facilita un movimiento con menos fricción.
    Cavidad articular: es el espacio comprendido entre las superficies articulares de los huesos, limitado por la membrana y lleno de líquido sinovial.
    Meniscos y rodetes: son elementos fibrocartilaginosos que, por un lado, aumentan la superficie de contacto entre las articulaciones y, por otro, amortiguan las fuerzas de compresión que se producen en las caras articulares.
anfiartrosis
Anfiartrosis – Imagen 7
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Diartrosis – Imagen 8

Sistema muscular

El sistema muscular está formado por el conjunto de músculos esqueléticos, y su misión es el movimiento del cuerpo. Junto con los huesos y las articulaciones, constituyen el aparato locomotor, del cual son la parte activa, puesto que los músculos son los responsables de los movimientos de los huesos. Ver imagen 9.

Las funciones del sistema muscular son:

  • Movimiento del cuerpo o locomoción.
  • Producción de calor. Los músculos producen un 40 % del calor corporal en reposo y hasta un 80 % durante el ejercicio.
  • Mantenimiento de la postura corporal.
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Sistema muscular – Imagen 9

Tipos de músculos

Según el movimiento que realizan, se pueden distinguir los siguientes tipos:

  • Flexores y extensores: acercan o separan, respectivamente, dos partes de un miembro.
  • Abductores y aductores: alejan o acercan partes móviles hacia un eje central.
  • Rotadores: hacen girar un hueso alrededor de un eje longitudinal. La pronación y la supinación constituyen dos formas especiales de rotación.
  • Elevadores o depresores: levantan o bajan una parte del cuerpo.
  • Esfínteres y dilatadores: cierran o abren un orificio corporal.

Componentes del sistema muscular

El sistema muscular está formado por músculos y tendones. La principal función de los músculos es la contracción. Dependiendo de su estructura, se distinguen 3 tipos de músculos:

  1. Músculo esquelético: se llama también músculo estriado por las estriaciones transversales que presenta. Se inserta en los huesos y es voluntario (sus contracciones pueden ser controladas voluntariamente).
  2. Músculo liso: o no estriado carece de estriaciones y presenta un aspecto liso al microscopio. Este músculo es involuntario.
  3. Músculo cardíaco: una excepción a lo anterior es el músculo cardíaco, que es el que compone la masa del corazón. Aunque se trata de un músculo estriado, su contracción es involuntaria.

Tendones

Los tendones son tejidos musculares de color blanco cuya función principal es la de unir el músculo con el hueso tanto en el origen como en la inserción. Cuando la zona de inserción es plana y extensa en lugar de tener forma de cordón, reciben el nombre de aponeurosis en lugar de tendón.

Inervación y vascularización

Todos los músculos reciben alimento y oxígeno a través de la sangre que les llega por una o varias arterias procedentes de la zona donde se encuentre el músculo. Igualmente, a los músculos les llegan ramas sensitivas y motoras, procedentes de nervios periféricos cercanos a su zona, las cuales controlan la contracción de los músculos y les proporcionan sensibilidad.

Patología del sistema osteo-muscular

Patología ósea

Las patologías óseas son las siguientes:

  • Patología degenerativa.
  • Carencial.
  • Infecciosa.
  • Traumática.
  • Tumoral primaria y secundaria.
Patología degenerativa

Osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad en la cual una reducción de la masa ósea y los cambios estructurales acompañantes producen una mayor fragilidad de los huesos. La enfermedad puede ser localizada o afectar a todo el sistema esquelético. Se puede producir por:

  • Un defecto en la osteogénesis, es decir, en la formación del hueso. Esto se produce en los casos de desnutrición o defectos de alimentación (falta de proteínas, vitaminas o calcio), en las situaciones de inmovilidad —ya que la falta de movilidad a largo plazo produce pérdida de masa ósea—y como consecuencia de una serie de tratamientos médicos para pacientes reumáticos y/o alérgicos.
  • Un aumento de la osteolisis, que consiste en un aumento o estimulación de la destrucción del hueso. Esto ocurre si hay una disminución de las hormonas sexuales, como ocurre en el caso de las mujeres durante la menopausia. También por hipertiroidismo, que consiste en un exceso de la actividad de las hormonas tiroideas.

La osteoporosis es una enfermedad crónica, y suele pasar desapercibida durante muchos años. Los síntomas más característicos son:

  • Dolores óseos.
  • Predisposición a las fracturas, que se producen por pequeños traumatismos y, en algunos casos, de forma espontánea o sin traumatismos. Son frecuentes las del cuello del fémur, radio y cúbito, así como de
    vértebras y costillas. De hecho, es la forma más frecuente de presentación.
  • Deformidades óseas, especialmente en la espalda, en donde las vértebras adoptan una forma cóncava, dando lugar a una disminución de la altura y a un encorvamiento característico en las personas de avanzada edad. A esta deformidad se la llama cifosis. Las curvaturas de espalda en ambos sentidos se compensan mutuamente. Si predomina curvatura se producirá patología. Existe una curvatura patológica llamada escoliosis que consiste en una desviación lateral del eje de la columna. Por otro lado, cuando la curvatura presenta convexidad posterior se denomina cifosis, mientras que si la convexidad de la curvatura es anterior recibe el nombre de lordosis. Ver imagen 10.
Sistema osteo-muscular
Curvatura de la espalda – Imagen 10
Patología carencial

Raquitismo y osteomalacia

Son manifestaciones producidas por la falta de absorción de la vitamina D, que ocasiona una mineralización defectuosa del hueso. En el raquitismo, esta mineralización defectuosa afecta al desarrollo de los huesos en niños, mientras que la osteomalacia se produce en el hueso que ha concluido su desarrollo normal en adultos.

Son afecciones que se dan fundamentalmente en grupos sociales o sociedades de bajo nivel socioeconómico, debido a la falta de una alimentación adecuada.

El raquitismo cursa en general con retraso del crecimiento y alteraciones morfológicas importantes, que pueden llegar a ser incompatibles con la vida. Las formas más moderadas presentan deformidades que pueden afectar a cualquier hueso, aunque es más frecuente en la columna y en la pelvis, así como dolor producido por microfracturas.

Patología infecciosa

Osteomielitis

Es un proceso infeccioso del hueso, de origen bacteriano y de curso muy agresivo. Los gérmenes pueden proceder de una herida y llegar directamente al hueso, como ocurre en las fracturas abiertas, o bien llegar a través de la sangre. Uno de los gérmenes que la produce con mayor frecuencia es el estafilococo dorado, que proviene de las heridas abiertas de la piel. Este germen es redondo y se agrupa formando racimos.

El tratamiento se realiza con antibióticos intravenosos y locales, siendo necesario en ocasiones el raspado quirúrgico de la zona afectada.

Patología traumática

Fracturas

Ante la actuación de un agente traumático, se puede producir una pérdida de continuidad en los huesos. El síntoma principal es el dolor, que va acompañado de imposibilidad de movimientos, deformidad e hinchazón de la zona afectada, la cual por lo general presenta también hemorragia. En niños, las fracturas suelen ser incompletas y se denominan “fracturas en tallo verde”.

Patología tumoral primaria y secundaria

Tumores óseos

Son tumores que afectan a los huesos. Pueden ser benignos o malignos. Los primeros son poco frecuentes. En cuanto a los tumores malignos, pueden ser primarios o secundarios.

Los primarios tienen todos unas características similares: se dan en edades jóvenes, producen dolores locales muy intensos y repentinos, crecen rápidamente y van invadiendo los tejidos cercanos. Es el caso de los osteosarcomas.

Los secundarios son tumores que se originan en un órgano situado a cierta distancia del hueso y que, por vía hemática o linfática, lo invaden. A este proceso se le llama metástasis y su pronóstico es malo. Es el caso de los carcinomas de próstata, los vesicales, los pulmonares, entre otros.

Patología de las articulaciones

  • Artritis: es la inflamación de una articulación. Se puede producir por causas mecánicas, infecciosas, degenerativas, etc. Su sintomatología es muy variada. Localmente, el síntoma principal es la inflamación; la articulación aparece hinchada, roja y caliente. Son afecciones dolorosas, al movilizar la articulación o presionar la zona. La articulación tiene limitados los movimientos (impotencia funcional).
  • Esguince: lesión articular consistente en una separación temporal y leve de las superficies articulares acompañada del estiramiento o incluso desgarro de un ligamento. Los síntomas son dolor e hinchazón y va acompañado de un derrame. El más frecuente es el del tobillo.
  • Luxación: lesión articular consistente en la pérdida de contacto de las superficies articulares. Puede ir acompañada de lesión en los ligamentos. Los síntomas son los mismos que en el esguince, aunque con imposibilidad de movimientos y deformidad en la articulación.
  • Hernia de disco: es la salida del contenido gelatinoso del disco intervertebral por una insuficiencia del anillo fibroso que lo contiene. Puede deberse a una rotura del mismo, con lo que el contenido sale al exterior, o bien a una debilidad de la pared, con lo que se produce una deformación con compresión de los tejidos adyacentes, por lo general los nervios raquídeos. Todo ello produce dolor local e irradiado, parestesias y disminución de la fuerza y sensibilidad de las zonas afectadas. Se produce por posturas inadecuadas a lo largo del tiempo, esfuerzos bruscos en malas posiciones o traumatismos. En muchas ocasiones, el tratamiento es quirúrgico.

Enfermedades del músculo esquelético

Distrofia muscular

Se trata de un grupo de enfermedades, por lo general genéticas, que producen una atrofia progresiva de los músculos sin que haya previamente una afectación de la inervación. Según se va desarrollando la enfermedad, se produce en primer lugar una fase espástica (de contracción) y posteriormente una fase de atrofia, con pérdida de masa y potencia muscular.

Dependiendo del tipo de distrofia, puede afectar a músculos de órganos vitales como los músculos respiratorios. El pronóstico varía en función del tipo de distrofia.

Miositis

Es un conjunto de alteraciones caracterizadas por una inflamación muscular, sobre todo de músculo esquelético. Puede afectar a personas de cualquier edad y sexo y produce dolor y debilidad en los grupos musculares afectados. A veces, se acompaña de hipersensibilidad cutánea, lo que se conoce como dermatomiositis.

Por lo general, esta dolencia es de origen desconocido, aunque a veces se asocia a cuadros infecciosos. El pronóstico depende de la causa: a veces cura solo sin necesidad de tratamiento y otras veces evoluciona hacia la cronicidad, pudiendo producir complicaciones respiratorias o cardíacas.


Información del Autor
  1. Lorena Plazas. Lic. en enfermeria. Trabajo propio.
  2. Cardelús R; García A; Heredia M; Romo C; 2017; TÉCNICAS BÁSICAS DE ENFERMERÍA. Macmillan Iberia S.A.U. Madrid; España. Disponible en: https://www.macmillaneducation.es/formacion-profesional/grado-medio/presentacion-cuidados-auxiliares-de-enfermeria/tecnicas_basicas_de_enfermeria/#el_libro_de_un_vistazo

Última actualización: [11/05/2023]

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